
Epílogo
ángel venidero,
bendice mi obra
si yo fui, el que
injerto niños con pájaros,
cosumador
de hadas litúrgicas,
abro mis poros,
al ciclo de la excomunión,
porque traigo un santo
en cada ojo
y cualquier rumir de mosca violada
me avergüenza
rebalse de nalgas en el suelo,
museo para la ropa íntima,
cinco malandrines
engendros anárquicos del viento,
quiero una probadita
de tus repulsivos senos.
Del folleto: Ocaso de un niño carismático 1996