NIKOLAY PARFENOVICH
a —Alfredo Carballo
Así se pasa la vida (pienso en tí Nikolay)
sin una súplica externa
en la naturaleza
sólo sombras de músculos aflorando
de la tierra
y enredándose en el horizonte.
Las mujeres dormitan en el sudoroso
camino
que va de perdón en perdón
para engendrar hijos normales
y sin enfermedades
que desfiguren
sus miradas.
Hay globos por doquier
ahogándose
en gas
y en manos pordioseras.
(Nota aclaratoria: Si tengo oportunidad Parfenovich
le haré el amor a Isabel II)
En los mauseleos (Obregón—Insurgentes Sur)
quedan anquilosados
los nombres intemporales
de caudillos huecos
en el granito
soñando en cada juventud
en cada órgano fértil.
Así se va esta bandada de minutos
así nos encontramos pensando en un lugar cualquiera
en cualquier muchacha estúpida
enloquecida
con un gusano de sexo en el vientre.
(Notas aclaratoria: Aquel niño Gabriel
lloraba atormentado por este sueño)
Aquí y allá se va todo rápidamente
pero el tiempo existe por sí solo
para recorrer las aguas
del mar de los manuscritos
y para que encuentres en el fondo
un ojo lagañoso
de una madre cualquiera
abandonada leyendo la biblia
transmitiendo maldiciones
de generación en generación
como ésta:
"Ábrete el pecho Jacob hijo del hijo
y verás a tus hermanos pelear
un pedazo de bizcocho
o una figurilla mecánica
quizá el pequeño árbol
que sembraste
en un primer impulso creador"
Así eres cuando la vida se va
de cama en cama
y tu cuerpo se diluye
en el trote
de un hermoso caballo blanco.
Sí pienso en tí Nikolay Parfenovich
hijo de la criada
yo no te culpo ni me culpo
por ese bello pájaro divino que nos mira
y no podemos atestiguar
si siente
o si miente
la vida se nos va Nikolay Parfenovich
y sólo quedas tú como un graznido
mortificando al universo
y sólo tú despiertas
dentro de un yo más comedido
presto a dar batalla
comiendo yerbas hediondas
hablando sólo de tí
porque así se nos va la vida.
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Desde el Callejón del Gato
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