Vamos a ver los renacuajos
Leopoldo
son cientos y están en las charcas
del manicomio.
Nos sentaremos en el pasto húmedo
junto al diente de león
y hablaremos de la miseria
mientras el viento
con su frescura nos decapita.
Tal vez así,
nos conviden a una celda.
Tal vez así
tengamos pan duro
con mierda de cornezuelo y Pepsi Cola.
Durmamos Leopoldo.
Amamantemos una fiebre purpúrea
gocemos nuestra fábula lisérgica
nuestro hongo 25 y nuestra rosa
fuego de santo - infierno
y diablo con espejo
vamos a ver los renacuajos Leopoldo
son diez veces diez
y duermen en nuestro barrio
Leopoldo
y crecen como nosotros
en las putrefactas esquinas
de la casa Santa Isabel.
4:37 am, Ya no viene la Uyuyuy
Por las esperanzas rotas por el mundo que no cambia
A pesar de nuestros sueños.
Theo A
De crío
nunca me asustó la niebla,
como un bitoque
la calle ancha del barrio
con nombre de santo
se llenaba con el azul aliento
de la niña tenebrosa
y poco a poco
de los traspatios
desaparecían las flores
y las personas.
Cuánto hemos dormido, cuan plácidamente…
y ahora que despertamos
el mundo es otro mundo.
Como extraño a la niebla
al búho rompiendo con su voz
el silencio desde la torre del templo de San Antonio.
De niño
jugaba a esconderme en su regazo,
pero ya
no viene mas a limpiar el jardín
de este mundo, que ahora es otro mundo.
OHhhhhhh vaya!!!me he emocionado ha calado hasta dentro de mis huesos.
ResponderEliminarBesos y amor Melvyn Aguilar.
je
Más que mapas, dibujas aeropuertos. Detonas la palabra con tal de que aspiremos tan solo su perfume. Su esencia es suficiente para vencer los declives del cielo. Un fuerte abrazo.
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