que esconde y devora
que regala y multiplica
puedo asegurar que no viene de ninguna costilla
tiene huellas de ríos
y enormes cascadas lo alumbran.
No será ni fue nunca de segunda mano
tampoco vino atropelladamente de la simpleza
ni siquiera es lizo,
sino complicado
cóncavo y convexo,
se diría río y mar al mismo tiempo
no tiene paraíso
sino que muy dentro es dueño del edén
arquitectura posible
este cuerpo
esconde
enseña
se multiplica y ama
igual que el agua.
Prefiero
la luna y su zumbido de alas
el gesto tierno en la mejilla
la metáfora.
No soy un basurero de palabras
ni una mujer con agujeros en el alma.
Si estoy llena de lágrimas
es por las piedras
y por el verde corazón
que llevo puesto.
Florecer despacio y a puro olfato
convocando a los delfines
y a la loba que me enseña
trillos y bosques ancestrales.
Florecerme
atando al viento mi pelo
las manos, el cuerpo sin espejos
y la voz.
Encender la luz
en el velo oscuro
de mi propia sombra.
Estimado Poeta Melvyn Aguilar:
ResponderEliminarBueno, estos textos de la poetisa Nidia están bien, creo hace falta a algunas poetisas ya desligarse de su género: no me imagino cantando mi masculidad todo el tiempo. Mas en verdad, me gustó esta trilogía de Nidia. Os felicito a los dos.
Abrazos fraternos en Amistad y Poesía verdaderas,
Frank.
Nidia, tus poesias desentrañan la naturaleza de la mujer a travès de imàgenes originales y puras. Por cierto no eres un basurero de palabras. La complejidad de la mujer es en efecto poco complicada, basta que el hombre no insista en querer que ella se ajuste a los cànones masculinos como si estos fueran la medida de todo. Felicitaciones, Nidia.
ResponderEliminarTu amigo Diego Bastianutti
hola Nidia, son tres cantos versados que se unen en una misma temática, sin sexo, quizá existenciales. En lo complejo de la poesía hay vacíos que se complementan con lo universal del ser, y es donde hacen ecos tus palabras.
ResponderEliminarun abrazo
Mara Yudith Abdala Torres