Un texto de Silvia Ibarra Alonso / Corazón recién asesinado, cadaverina que corre en la sangre aun viva1

Corazón recién asesinado,

cadaverina que corre en la sangre aun viva¹

Ojos de cristal,

Si los muevo se romperán.

Mirar fijamente en tu dirección,

Solo la muerte puede menguar este dolor.

Cada día un nuevo demonio viene a beber de mí,

Unos mi cuerpo consumen,

Y de mi alma otros se encargan

Y cual victima resignada,

Con la panza destapada,

Extiendo los brazos y me dejo engullir por el mal

Solo había algo que me alegraría,

Era pensar que pronto te veria,

Y aunque los demonios me montarían,

Yo los cargaría solo por ver tu santa sonrisa,

Después regresaría a mi sumisa inmolación,

Agradeciendo al cielo tu dulce ficción.

Que más da quedar tullida

Si tus alas todo lo curarían,

Pero imbécil de mí,

Hacia mucho que muerta estaba,

Y los rezagos de mi alma

Miraban a través de esos ojos que fijos estaban

Pensaba que eran demonios los que viva me comían

y no eran mas que perros y gusanos que de mi vivían.

Y tú, mi dulce ángel que con tu acanto me curabas,

No eras mas que un tipo que veías en mi una calavera pelada

Que por curiosidad con una vara picabas,

Pero jamás a tocarme intentaras.

Y yo que creí que te mostraba mi mejor sonrisa

Y lo único que veías era una calaca vacía.

Y yo que creí que mis poemas alegraban tu alma

Y solo oías a las moscas rondar mi pútrida quijada.

Y yo que creí que me ponía mis mejores vestidos

para acudir a nuestras citas

Y solo eran las bolsas negras

que rotas de mi se desprendían

Y yo que pensaba que esa sensación

En el estomago era la ansiedad por verte

Y no eran más que las larvas

que se revolcaban alegres

Y todas mi odas y todos mis poemas que diario te dedicaba

Solo era más mierda para calmar mi jodida inexistencia.

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Desde el Callejón del Gato