Melvyn y camaradas: Los invito a leer en mi blog el artículo:
Humberto Garza escribe “Manual del poeta loco”
“Publicaciones” es una diatriba hasta contra las mismas musas
Frank Ruffino El poeta Jorge Charpentier decía que él carecía de memoria poética, y en verdad, lo poco que lo conocí en los bares del centro de San José, antes de su precipitada muerte, nunca lo escuché recitar de memoria uno solo de sus versos. Entonces, para el “poeta” Garza nuestro Premio Nacional de Cultura Magón no era poeta, ni tal vez, aplicándose esta vara salpicada de espinas, quemante y venenosa sobre sus compañeros de oficio, ninguno de nosotros seamos poetas y lo que hemos hecho todos estos años es dar y dar vueltas a una bombilla de alumbrado público en las noches de niebla para no morirnos de frío o de hastío. Legítimos moscones... (pequeño extracto)
Melvyn Aguilar D. Nace en San José, Costa Rica,un 2 del 11 de 1966; en 1987 ingresa a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica donde cursa la carrera de Sociología. En 1988 funda junto a dos jóvenes poetas (Sergio Barbosa y Claudio Sánchez) el Anti-Taller-Anti . En 1992 participa junto a un nutrido grupo de escritores (David Maradiaga, Alejandra Castro, Patrick Cotter, Merichel Serrano, Mauricio Molina, Claudio Sánchez, Diego Montero, Juan Carlos Murillo “Murdok”, Isaac Rojas entre otros) de la fundación del Colectivo Octubre Alfil 4. En 1994 participa del Colectivo Voz Urbana.
La poesía de Melvyn Aguilar es una poesía destilada en las mejores tradiciones literarias. Desde diversas formaciones culturales se percibe la autenticidad del trabajo poético con la clara conciencia del oficio milenario. Es que Melvyn Aguilar es eso: un amanuense, un trabajador incansable de la palabra desde el asombro que produce el estar vivo tomándole el pulso a la vida.
Por eso sus Territorios Habituales son las imágenes refractadas de lo que se ha ido pero regresa en forma de verso, es decir, de sueño, de promesa, de solidaridad, de empatía.Territorios Habituales nos convoca al conjuro de la poesía y a la reunión del encanto en una plaza habitada por las derrotas, las miserias, los golpes y las esperanzas del poeta.
Es poesía que nos recuerda, ácida pero tiernamente, “que no nos perdonamos nada, ni la manzana, ni las cobardías, ni las ausencias”.
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Frank Ruffino
El poeta Jorge Charpentier decía que él carecía de memoria poética, y en verdad, lo poco que lo conocí en los bares del centro de San José, antes de su precipitada muerte, nunca lo escuché recitar de memoria uno solo de sus versos.
Entonces, para el “poeta” Garza nuestro Premio Nacional de Cultura Magón no era poeta, ni tal vez, aplicándose esta vara salpicada de espinas, quemante y venenosa sobre sus compañeros de oficio, ninguno de nosotros seamos poetas y lo que hemos hecho todos estos años es dar y dar vueltas a una bombilla de alumbrado público en las noches de niebla para no morirnos de frío o de hastío. Legítimos moscones...
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