jueves, 2 de julio de 2009

Poema de Alfredo Trejos























Epitafio



a Melvyn Aguilar y Joseph Beuys. Ambos saben por qué



No hay tiempo que perder
El buque tiene los días contados

Huidobro. Altazor, Canto IV.


Si la poesía te pasa muy seguido
entonces no es para siempre.

Nadie vive tanto
de esta forma.

Tal vez sólo unos años más
(yo ya llevo diez o doce
y padezco de lo usual
menos un par de cólicos
y de crisis paranoides).

Tal vez algunos años más
en el bando de los cavernícolas,
firmando talones de mujer,
llevando nota siempre,
apuntando todo siempre...

Debo armarme de salud
todos los días.

Levantarme el corazón
a todas horas
como si fuera una tienda
en el desierto.

Y por las noches, esto de llevarme
a casa, invariablemente ciego,
a pie, con mucha suerte en taxi,
se me hace demasiado.

No puede ser
que aún sepa vestirme
tal como lo hace un juez,
un heredero.

Sobre la camisa, va la chaqueta
y sobre todo el sobretodo.

Que aún tenga orden
y modales,
que aún no haya pedido
un ridículo ataúd cubierto
con la bandera de California,
que soporte no decir ya
lo que un poeta a estas alturas debe,
es el milagro.

Es de lo que hablaba
cuando dije:nadie vive tanto
de esta forma.

Y menos yo,
que en verdad lo quise.

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