miércoles, 31 de octubre de 2012

Cuatro textos de Isis




Tierra enferma

Ni lirios, ni hortensias asesinas,
ni sándalos procaces
en dardos o en gemidos,
ni oscuras magnolias sin sentido,
de paso o de piedad;
no importa cuántas.

Ni lazos de begonias
ni anémonas de azúcar;
ni amapolas de sed,
ni cuerda de violín tensa en puñales,
ni tristes ramilletes de estampillas
ni Alzheimer de elefantes,
ni frascos de formol estilizado.

Ni cascajos de pétalos roídos
rotando en claraboyas
de naufragio,
ni líquenes de hielo
hiriendo estalactitas
y cansancios;
ni carruseles de semillas castradas de mañanas
-carísimas, eso sí-
para darle algún valor a tus regalos.

Ni orquídeas sin textura
disueltas en jarrones infectados
ni aparatejos torpes derritiéndose en estantes,
ni baobabs enceguecidos,
ni cálices de Santa Lucías apagadas
ni robles de sabana
brutalmente mutilados
para que quepan en tu amplísimo jardín de nadas.

 Me voy.
Ni vas a notarlo.
Creerás que sigo protegida en la hojarasca.

Me fui.
Ni lo notaste;
porque en tu tierra enferma
no amanece
desde que mataste los pájaros.




11 de pericos

El 11 me reventó
en tonos de verde
jaspeados de azul, naranja y rojo;  
color de asombro,
desnudo sin censura,
que dejó de ser soledad
y de ser sombra
detonando cavas de Carreño
y usanzas adecuadas
a fuerza de oponer sacrílegos manojos
de hierbas
que parieron bosques
y hogueras de luces paralelas
que encarnaron
llamaradas de pericos.

Alzando la bandera
del escándalo
fui muchas y a la vez
la misma ala,
ojo de altura para recorrer mi historia
arrojando certeras piedras sobre cúpulas sagradas
batiendo azules de choque
para partir en mil placas tectónicas,
hiriendo nubarrones
sin temer mordazas asfixiantes
en la yugular de los huracanes;
anunciando mi presencia
con un grito,
retando un antiquísimo temor de dinosaurios…
desafiando fortalezas
por el cielo.

Y recorrí en bandada
territorios
para despertar el letargo de los muertos
y los ojos de todos mis tiempos;
batiendo desmesuras,
siendo muchas
y siendo todas alas,
rompiendo los silencios
y distancias;
para remontar el vuelo
cuando
y por lo que nos diera
la sacrosantísima y maravillosa gana.

Me volví descarado escándalo de pericos
ruidazal, exageración, festejo,
canto irreverente de cuchillos
ruptura de cualquier silencio,
de cualquier peligro;
barullo inagotable
que deja solo afrentas -cascarillas
en vencidos restos
de prohibidos.


Este 11 se me ha vuelto
rebelión irrefrenable
en mi alma de pericos,
revolotear eterno de libres carcajadas
para surcar el azul sin vértigo del cielo
trazando paralelas de desorden
absoluto
estrepitoso
sonorísimo
salvaje
infinito…
¡mío!



Zurquí

Fueron otros pasos
después la piedra,
y otro color en las noches
de tormenta
y sin canoas,
entonces,
los congos aullaron
una canción sin retorno.

Me levanté de tu hamaca
y en el camino de vuelta
se me cayó a jirones la piel
de un gran Caribe sin formas.

Con tu recuerdo abrazado
dormí todos los caminos
y cuando desperté
en la oscuridad del Zurquí
me lloraba en el alma
un hasta nunca,
un nunca más volví.



Caribe
  
Que no me encuentre su olor en las manos
ni la tregua de amor abierta
cuando los pescadores deslizaron sus botes al mar

Que no se acerque
e intuya el recuerdo,
la rabia de estar tan lejos,
la arena en mi pelo, su noche en mis brazos;
que no pregunte nada
que trasluzca su sombra en mi alma
el olor de su sexo rondándome el recuerdo
y este ardor de celo
que me inunda el andar.

¿Y si adivinara en mis ojos los suyos,
los gestos que le ando cargando
desde que me acerque a su boca
o el poema de las mediasnoches
mecido por cantos de congos
y hechizos de coral?

Cómo estar segura de que al pronunciar su nombre
no se me escapa su espalda
o que el tejido de su hamaca no está grabado en mi piel
y que si se me acerca mucho
comenzará a leer al borde
de ese espacio Caribe
de este furor de lluvia
que ahora me habita,
que es él.

Desde el Callejón del Gato

3 comentarios:

  1. ¡Maravillosa poesía de Isis Campos! Un verdadero regalo al paladar poético de los lectores. ¡Felicidades!

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  2. Wow Isis, tu luz ahora iluminándonos con letras. Te quiero siempre, desde cualquier pedazo de cielo que desmenuzamos juntas a carcajadas. Laura Villafuerte

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  3. Hola Isis, qué hermosos¡¡¡ me gusta tu estilo y tu tono. Gracias por compartir conmigo tu poesía. Yo sabía que con tu estado poético permanente, estaba escondida por ahí la poesía. Adelante¡¡ te felicito. Un abrazo. Mónica Perea

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