lunes, 23 de mayo de 2011

Tres textos de Begoña Leonardo
















DOMESTICANDO HERIDAS FECUNDAS


Fui una hembra desahuciada

bajando la pendiente

desafiando al hambre

al hombre que dice adiós

o hasta luego...

No mires ahora

lo que queda arde

lo que pide pan está muerto,

los escombros tienen sed

son hijos que piden la teta.

Fui la esposa del gerundio

amando, vaciando

domesticando las heridas fecundas.

Fui la esclava del rastrojo

la lisiada de occidente

que conquistó un terreno rojo

un árido montón

de brazos

de piernas

de intemperies...

Soy la mujer que desahuciada

provoca la ira

el cataclismo.

Sí, yo, la desprovista

la paria

la sin nada

la que arrastrándose todavía

precipita piedras

para que vengan y se sacien.


DECIR UN ADIÓS, SONORO Y LARGO Y

GRANDE


Hoy he tenido la sensación

de que nada puede ir bien

a lo mejor,

es que era hoy, cuando tenía que tirarme

de donde tengo previsto tirarme

cuando mi cuerpo y mi cerebro estén de acuerdo.

Les he dicho muchas veces a los dos

una cantidad de mentiras...

Claro que piadosas

mentiras que me como luego

con un aliño propio de bárbaros,

una mezcla de pepinillos con fresas y chocolate.

Ya sé que así de sopetón parece repugnante,

pero, es que la vida también asquea

y ya ves, aquí estamos...

Hoy podía haber sido el perfecto día

para decir basta

para decir la última frase

para cantar la última canción,

para decir un adiós

sonoro y largo y grande...

...Porque, cuando me tire de donde

tengo previsto tirarme

cuando mi cuerpo y mi cerebro

no tengan ni ganas ni razones...

Seguro,

que el adiós será así

como lo tengo previsto.


DELIRIOS INMÓVILES

De todas las paredes

colgados como ahorcados

rosario de dioses

inventos colocados,

ofrecían sus delirios

delirios inmóviles

estatuas que perdonan

perpetuas figuras a las que adorar.

Los fieles que se acercan

creyentes de alta cuna

de baja cama,

toman el cuerpo

toman la sangre...

Hipocresías de varón

y derretidas alhajas púberes todavía.

La noche que pasó

todos al unísono

entregados a los mismos ruidos

a las mismas cervezas

a las mismas canciones

a las mismas bajas pasiones...

Tú me desnudabas a mí

quitabas de en medio

cualquier obstáculo secular

y yo,

no ponía objeción

a ninguna de tus maniobras.


Desde el Callejón del Gato

1 comentario:

  1. Gracias por haceme un hueco en tu ratonera. Me haces muy feliz.

    Cariños desde España.

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