PROYECTO DE UN CABALLO
I
CUNE
Tenemos una gran vergüenza.
ANDROS
Oh, sí, estamos avergonzados.
CUNE
Sin embargo, ¿a quién pediremos lo que nos falta
sino a ti, que nos diste las cosas?
ION
Di.
CUNE
Ahora desearíamos, si fueras tan benigno,
que fundaras, para todos nosotros, una bestia.
ANDROS
Una bestia de cuerpo incontenible,
un animal que sea suave por dentro,
tanto como la órbita del árbol en su sombra;
y por fuera inflexible;
bien parido en todos los extremos,
las patas de marfil curvo y estrecho,
la voz larga,
que alcance sin quebranto agrícolas estrellas;
montes y labradores óiganla en lo alto
por la tarde
nuestra.
CUNE
Un animal perpetuo que no haya sido visto,
y que haga rudo pacto con la hierba.
Porque ya ves, señor, nuestro trabajo.
El alba nos encuentra desatando en la tierra
la vaga oscuridad de la semilla,
luz en prisiones vaga, venidero esplendor
que con fatiga saltará del suelo,
y con dolor recogeremos en su tiempo.
ANDROS
Un áspero rocío nos recorre hasta la noche.
CUNE
Llanto del cuerpo es.
ANDROS
Por eso deseamos un animal a cuya sombra
[confortarnos,
que sea bueno de ver y que lleve en su alma
la mitad de nuestra congoja.
ION
Tendrán el animal necesario.
CUNE
¿Cuándo lo veremos?
¿Cuándo lo llevaremos a habitar con nosotros?
ION
Vayan a esperar mientras busco y encuentro
lo que será un reflujo —Andros—
un movimiento de tu cuerpo;
un calor sin entrañas que no saldrá del fuego,
ni del clima templado de la hierba,
sino de allá, de lo alto de las cosas.
CUNE
Iremos a esperar.
II
ION
¡Dédalo! ¿Qué haces?
DÉDALO
Estoy aquí.
ION
Entonces, ¿oíste lo que dijeron?
DÉDALO
Todo lo escuché.
ION
Ellos necesitan un animal.
DÉDALO
Hace ya mucho tiempo, estando en la campiña,
vi pasar un destello, largo como las sílabas de Dios
fuerte como el día.
Corrí para alcanzarlo; quería saber cuál era su figura.
No fue posible con mis pasos.
El llegaba después de su velocidad.
Mas desaté mi paso
desterrándolo al paso de la luz,
y ascendí hasta su pecho de espuma edificada,
levantada en sí misma como el fuego,
que de su propia llama se levanta.
Y lo así, lo miré más allá del sonido,
donde la luz apenas refrenaba su cuerpo
[incontenible.
ION
¿Y qué viste? ¿Era, acaso, una bestia
de la familia del aire?
No sé a punto fijo si vino de la tierra,
o si era su especie de las que pare el aire.
Los esplenios sosteníanle el cuello en silencio;
yo nunca vi mastoidos humerales
que con tanta dulzura lograran
un más recto equilibrio;
jamás el gran dorsal fue, como en él,
un movimiento inviolable;
rayos de mármol eran sus piernas
terminadas en coronas de granada,
vasta humedad las ancas,
sus madejas, un simétrico aceite derramado.
ION
Bien, mas ¿qué ocurrió después?
DÉDALO
Volé con él al vuelo de su paso,
y en un lugar de la Tierra.
ION
¿Qué lugar?
DÉDALO
Jamás he vuelto a verlo . . .
Decía que en un lugar de la Tierra
alguien lo esperaba.
El se detuvo, arqueó la renegrida cabeza,
dio una voz entrañable,
y aquel que lo aguardaba fue a su encuentro,
le desató las crines acariciando los belfos
[espumosos
y le dio de comer en una mano.
ION
Ni ángel, ni varón ni mujer.
Era un hipólogo nuevo,
una recién nacida prolongación del agua.
ION
¿Qué dijo al verte?
DÉDALO
No me miró.
ION
¿No ibas a la par de la bestia?
DÉDALO
A la par de su vientre caminaba,
reclinado y despierto entre sus sienes,
más quietas que el romero,
más mullidas que el vino en los lagares. . .
. . . pero hay quienes nunca me miran.
ION
Pues bien, desde hoy la bestia sin nombre
se llamará caballo.
DÉDALO
¿Caballo?
ION
Todos conocerán su nombre
y se dirá por todas partes.
Lo aclamarán los hombres, y los niños,
de hoy en adelante, para nacer perfectos,
tendrán, desde antes de nacer, memoria
[de su nombre.
Ve a traer al caballo.
DÉDALO
¿Traer yo al caballo?
ION
Tú traerás a la bestia.
DÉDALO
¿Y he de robarlo al dueño cuyo nombre
se aclara y multiplica con todos los acentos
[del caballo;
es idéntico en todo a la pradera?
ION
A él has de robarlo.
DÉDALO
¡Es terrible un hipólogo!
ION
¡Anda!
DÉDALO
¿Pretendes que permitirá el rapto?
ION
¡El caballo es de todos y sólo él lo disfruta.
Dime, además, ¿qué temes?
Más cerca está su oído de la estrella,
mucho más cerca, sí, que de tu nombre.
No te verá jamás.
DÉDALO
Pero ve que la bestia se le escapa.
i Has de ir a despojarlo!
DÉDALO
Es terrible un hipólogo.
En mi presencia
cortó un árbol con nidos y lo devoró.
ION
¡Acabemos!
¿Es necesario que el hombre posea el caballo?
DÉDALO
. . .No podríamos buscar otro
que fuera caballo.. . alto, translúcido?
ION
No podría ser. Todo es según su vocablo.
Nada cabría en sus sílabas que no fuera un caballo.
Venas y visceras sobrantes irían al espacio vacío.
¡Ve a buscarlo!
DÉDALO
¡Tanto has dado! ¿No podrías negar esto?
ION
¿ y cuál es nuestro oficio
sino darle sus bienes a la criatura?
¿No arrancaremos al vacío su forma inhabitable?
Si, fundaremos para el hombre una palabra,
un caballo
con gesto de querer ser caballo del mediodía,
con la cara tan alta
que le llegue la brisa
a la altura del anca iluminada;
un caballo que sea como una casa de mayo,
con niños al oído, con pesebres al aire;
que por donde pasare haga andar a los sueños,
que sea el padre, el hijo,
todas las líneas verticales;
un caballo que piense que es flor de su balido,
que se detenga a mitad de una paloma
refrenado en longitud de pluma,
tenga voz de pestaña y olor a silabario.
Un caballo,
inefable hijo del mundo, largo vasto
hecho de pulpa nacarada,
crines de papeles de amapola.
La bestia no querrá venir. . .
ION
Que tenga los tendones de viento labrado,
grave el otoño,
suave la estatura.
DÉDALO
Nunca me seguirá como a él.
ION
Que se detenga en su espíritu cuando camine.
DÉDALO
La bestia no vendrá.
ION
¡Callarás!
Me trepo a la sangre. Me das ira.
Mi corazón es un pueblo de abejas coléricas.
¡Todas las voy a derramar sobre ti!
DÉDALO
Nada más diré. . .
¡Nada más!
Ve a la montaña de lino,
pide a los labradores un manojo
y no tardes.
DÉDALO
No tardaré.
ION
Sus ancas fueron hechas de pañales perdidos,
su corazón, de estambres fecundados al amanecer,
un caballo desconocido al que busquen los árboles,
y lo encuentren al volver una parte de sus hojas.
Que cuando el hombre vea sus atributos diga:
Así es. He aquí un animal verdadero.
Un caballo que no se interrumpa en el relámpago.
Y que sea varón.
DÉDALO
Este es el lino.
Qué doncella es el lino,
y qué infancia construida después de la azucena,
qué matinal esfuerzo su blancura.
DÉDALO
Al ciervo se parece en que se inclina,
y se parece a mayo y a la luna.
ION
Sería de las nubes aposento,
si no fuera heredad de ruiseñores.
DÉDALO
¿Qué haces?
ION
Con el lino temprano una brida, un nuevo
instrumento.
Ayúdame a tejer.
III
ION
¿Te diré lo que harás con la brida?
DÉDALO
Tiene forma de cárcel para su cabeza.
ION
Y tiene la medida del vuelo.
Y es fuerte; más que el ala.
Más unida es que el polvo.
Nada habrá que aniquile su suave fortaleza.
Ve a traer al caballo, y al regresar,
entrégalo al hombre.
DÉDALO
Pronto volveré.
ION
Su sexo será un cuerno de la luna,
su piel, sombra y honor de la azucena;
piel clara, piel profunda,
piel de todas las cosas de la mañana.
IV
DÉDALO
¿Dudabas?
ION
No. Yo sabía que vendría;
que ante mi rostro en tierra
desfilaría la gracia de su cuerpo inexpresable.
Pero es que al verlo así, de súbito,
viniendo de tu mano,
tan varón, tan joven transparencia,
y tan exacto al calor del pensamiento mío,
ya no sé si es verdad que camina,
que se reclina en prados terrestres,
que dulcemente vive
y pace,
que duerme y veo el movimiento de su sueño.
DÉDALO
Es verdad el caballo.
ION
Bien hiciste en que yo lo mirara antes de darlo.
DÉDALO
Bien hice.
ION
Ve ahora, sin tardanza,
a entregar este objeto terrestre,
y la palabra fundada para contenerlo;
y diles que mañana mismo lo inauguren.
Todos reunidos en la plaza inaugurando
al caballo
en el alba.
Desde el callejón del gato
"El tránsito de fuego" sigue siendo la obra suprema de la poesía costarricense. Nada siquiera se le acerca.
ResponderEliminar¿"...Desde el callejón del gato..."?
Sin duda estimado Alexánder, nadie ni nada se le acerca, es una maravilla que revienta en lo Dramático y lo polifónico , en lo mágico y lo metafísico lo conflictivo y lo coral. Simplemente estupendo.
ResponderEliminarUn recuerdito
…Estoy sola,
muy sola,
entre mi cintura y mi vestido,
sola entre mi voz entera,
con una carga de ángeles menudos
como esas caricias
que se desploman solas en los dedos.
Entre mi pelo, a la deriva,
un remero azul,
confundido,
busca un niño de arena.
Sosteniendo sus tribus de olores
con un hilo pálido,
contra un perfil de rosa,
en el rincón más quieto de mis párpados
trece peregrinos se agolpan.
Muy grata tu visita amigo.
Bellisimo leerlo de nuevo, esencial y perfecto!!
ResponderEliminarsaludos
Hola Luissiana, que bueno que visitas la Ratonera, espero todo marche bien.
ResponderEliminarSí, simplemente insuperable.