domingo, 15 de agosto de 2010

PROYECTO DE UN CABALLO



PROYECTO DE UN CABALLO

I


CUNE

Tenemos una gran vergüenza.

ANDROS

Oh, sí, estamos avergonzados.

CUNE

Sin embargo, ¿a quién pediremos lo que nos falta

sino a ti, que nos diste las cosas?

ION

Di.

CUNE

Ahora desearíamos, si fueras tan benigno,

que fundaras, para todos nosotros, una bestia.

ANDROS

Una bestia de cuerpo incontenible,

un animal que sea suave por dentro,

tanto como la órbita del árbol en su sombra;

y por fuera inflexible;

bien parido en todos los extremos,

las patas de marfil curvo y estrecho,

la voz larga,

que alcance sin quebranto agrícolas estrellas;

montes y labradores óiganla en lo alto

por la tarde

nuestra.

CUNE

Un animal perpetuo que no haya sido visto,

y que haga rudo pacto con la hierba.

Porque ya ves, señor, nuestro trabajo.

El alba nos encuentra desatando en la tierra

la vaga oscuridad de la semilla,

luz en prisiones vaga, venidero esplendor

que con fatiga saltará del suelo,

y con dolor recogeremos en su tiempo.

ANDROS

Un áspero rocío nos recorre hasta la noche.

CUNE

Llanto del cuerpo es.

ANDROS

Por eso deseamos un animal a cuya sombra

[confortarnos,

que sea bueno de ver y que lleve en su alma

la mitad de nuestra congoja.

ION

Tendrán el animal necesario.

CUNE

¿Cuándo lo veremos?

¿Cuándo lo llevaremos a habitar con nosotros?

ION

Vayan a esperar mientras busco y encuentro

lo que será un reflujo —Andros—

un movimiento de tu cuerpo;

un calor sin entrañas que no saldrá del fuego,

ni del clima templado de la hierba,

sino de allá, de lo alto de las cosas.

CUNE

Iremos a esperar.

II


ION

¡Dédalo! ¿Qué haces?

DÉDALO

Estoy aquí.

ION

Entonces, ¿oíste lo que dijeron?

DÉDALO

Todo lo escuché.

ION

Ellos necesitan un animal.

DÉDALO

Hace ya mucho tiempo, estando en la campiña,

vi pasar un destello, largo como las sílabas de Dios

fuerte como el día.

Corrí para alcanzarlo; quería saber cuál era su figura.

No fue posible con mis pasos.

El llegaba después de su velocidad.

Mas desaté mi paso

desterrándolo al paso de la luz,

y ascendí hasta su pecho de espuma edificada,

levantada en sí misma como el fuego,

que de su propia llama se levanta.


Y lo así, lo miré más allá del sonido,

donde la luz apenas refrenaba su cuerpo

[incontenible.


ION

¿Y qué viste? ¿Era, acaso, una bestia

de la familia del aire?

DÉDALO

No sé a punto fijo si vino de la tierra,

o si era su especie de las que pare el aire.

Los esplenios sosteníanle el cuello en silencio;

yo nunca vi mastoidos humerales

que con tanta dulzura lograran

un más recto equilibrio;


jamás el gran dorsal fue, como en él,

un movimiento inviolable;

rayos de mármol eran sus piernas

terminadas en coronas de granada,

vasta humedad las ancas,

sus madejas, un simétrico aceite derramado.


ION

Bien, mas ¿qué ocurrió después?

DÉDALO


Volé con él al vuelo de su paso,

y en un lugar de la Tierra.

ION

¿Qué lugar?

DÉDALO

Jamás he vuelto a verlo . . .

Decía que en un lugar de la Tierra

alguien lo esperaba.


El se detuvo, arqueó la renegrida cabeza,

dio una voz entrañable,

y aquel que lo aguardaba fue a su encuentro,

le desató las crines acariciando los belfos

[espumosos

y le dio de comer en una mano.

ION

¿Quién era el que esperaba?

DEDALO

Ni ángel, ni varón ni mujer.

Era un hipólogo nuevo,

una recién nacida prolongación del agua.

ION

¿Qué dijo al verte?

DÉDALO

No me miró.

ION

¿No ibas a la par de la bestia?

DÉDALO

A la par de su vientre caminaba,

reclinado y despierto entre sus sienes,

más quietas que el romero,

más mullidas que el vino en los lagares. . .

. . . pero hay quienes nunca me miran.

ION

Pues bien, desde hoy la bestia sin nombre

se llamará caballo.

DÉDALO

¿Caballo?

ION

Todos conocerán su nombre

y se dirá por todas partes.

Lo aclamarán los hombres, y los niños,

de hoy en adelante, para nacer perfectos,

tendrán, desde antes de nacer, memoria

[de su nombre.

Ve a traer al caballo.

DÉDALO

¿Traer yo al caballo?

ION

Tú traerás a la bestia.

DÉDALO

¿Y he de robarlo al dueño cuyo nombre

se aclara y multiplica con todos los acentos

[del caballo;

que por amarlo a él, por parecerse a él,

es idéntico en todo a la pradera?

ION

A él has de robarlo.

DÉDALO

¡Es terrible un hipólogo!

ION

¡Anda!

DÉDALO

¿Pretendes que permitirá el rapto?

ION

¡El caballo es de todos y sólo él lo disfruta.

Dime, además, ¿qué temes?

Más cerca está su oído de la estrella,

mucho más cerca, sí, que de tu nombre.

No te verá jamás.

DÉDALO

Pero ve que la bestia se le escapa.

ION

i Has de ir a despojarlo!

DÉDALO

Es terrible un hipólogo.

En mi presencia

cortó un árbol con nidos y lo devoró.

ION

¡Acabemos!

¿Es necesario que el hombre posea el caballo?

DÉDALO

. . .No podríamos buscar otro

que fuera caballo.. . alto, translúcido?

ION

No podría ser. Todo es según su vocablo.

Nada cabría en sus sílabas que no fuera un caballo.

Venas y visceras sobrantes irían al espacio vacío.

¡Ve a buscarlo!

DÉDALO

¡Tanto has dado! ¿No podrías negar esto?

ION

¿ y cuál es nuestro oficio

sino darle sus bienes a la criatura?

¿No arrancaremos al vacío su forma inhabitable?

Si, fundaremos para el hombre una palabra,

un caballo

con gesto de querer ser caballo del mediodía,

con la cara tan alta

que le llegue la brisa

a la altura del anca iluminada;

un caballo que sea como una casa de mayo,

con niños al oído, con pesebres al aire;

que por donde pasare haga andar a los sueños,

que sea el padre, el hijo,

todas las líneas verticales;

un caballo que piense que es flor de su balido,

que se detenga a mitad de una paloma

refrenado en longitud de pluma,

tenga voz de pestaña y olor a silabario.


Un caballo,

inefable hijo del mundo, largo vasto

hecho de pulpa nacarada,

crines de papeles de amapola.


DÉDALO

La bestia no querrá venir. . .

ION

Que tenga los tendones de viento labrado,

grave el otoño,

suave la estatura.

DÉDALO

Nunca me seguirá como a él.

ION

Que se detenga en su espíritu cuando camine.

DÉDALO

La bestia no vendrá.

ION

¡Callarás!

Me trepo a la sangre. Me das ira.

Mi corazón es un pueblo de abejas coléricas.

¡Todas las voy a derramar sobre ti!

DÉDALO

Nada más diré. . .

ION

¡Nada más!

Ve a la montaña de lino,

pide a los labradores un manojo

y no tardes.

DÉDALO

No tardaré.

ION

Sus ancas fueron hechas de pañales perdidos,

su corazón, de estambres fecundados al amanecer,

un caballo desconocido al que busquen los árboles,

y lo encuentren al volver una parte de sus hojas.

Que cuando el hombre vea sus atributos diga:

Así es. He aquí un animal verdadero.


Un caballo que no se interrumpa en el relámpago.

Y que sea varón.

DÉDALO

Este es el lino.

ION

Qué doncella es el lino,

y qué infancia construida después de la azucena,

qué matinal esfuerzo su blancura.

DÉDALO

Al ciervo se parece en que se inclina,

y se parece a mayo y a la luna.

ION

Sería de las nubes aposento,

si no fuera heredad de ruiseñores.

DÉDALO

¿Qué haces?

ION

Con el lino temprano una brida, un nuevo

instrumento.


Ayúdame a tejer.

III


ION

¿Te diré lo que harás con la brida?

DÉDALO

Tiene forma de cárcel para su cabeza.

ION

Y tiene la medida del vuelo.

Y es fuerte; más que el ala.

Más unida es que el polvo.


Nada habrá que aniquile su suave fortaleza.


Ve a traer al caballo, y al regresar,

entrégalo al hombre.

DÉDALO

Pronto volveré.

ION

Su sexo será un cuerno de la luna,

su piel, sombra y honor de la azucena;

piel clara, piel profunda,

piel de todas las cosas de la mañana.

IV


DÉDALO

¿Dudabas?

ION

No. Yo sabía que vendría;


que ante mi rostro en tierra

desfilaría la gracia de su cuerpo inexpresable.


Pero es que al verlo así, de súbito,

viniendo de tu mano,


tan varón, tan joven transparencia,

y tan exacto al calor del pensamiento mío,

ya no sé si es verdad que camina,

que se reclina en prados terrestres,


que dulcemente vive

y pace,

que duerme y veo el movimiento de su sueño.

DÉDALO

Es verdad el caballo.

ION

Bien hiciste en que yo lo mirara antes de darlo.

DÉDALO

Bien hice.

ION

Ve ahora, sin tardanza,

a entregar este objeto terrestre,

y la palabra fundada para contenerlo;


y diles que mañana mismo lo inauguren.

Todos reunidos en la plaza inaugurando

al caballo

en el alba.


Desde el callejón del gato

4 comentarios:

  1. "El tránsito de fuego" sigue siendo la obra suprema de la poesía costarricense. Nada siquiera se le acerca.

    ¿"...Desde el callejón del gato..."?

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  2. Sin duda estimado Alexánder, nadie ni nada se le acerca, es una maravilla que revienta en lo Dramático y lo polifónico , en lo mágico y lo metafísico lo conflictivo y lo coral. Simplemente estupendo.

    Un recuerdito

    …Estoy sola,
    muy sola,
    entre mi cintura y mi vestido,
    sola entre mi voz entera,
    con una carga de ángeles menudos
    como esas caricias
    que se desploman solas en los dedos.
    Entre mi pelo, a la deriva,
    un remero azul,
    confundido,
    busca un niño de arena.
    Sosteniendo sus tribus de olores
    con un hilo pálido,
    contra un perfil de rosa,
    en el rincón más quieto de mis párpados
    trece peregrinos se agolpan.

    Muy grata tu visita amigo.

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  3. Bellisimo leerlo de nuevo, esencial y perfecto!!
    saludos

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  4. Hola Luissiana, que bueno que visitas la Ratonera, espero todo marche bien.

    Sí, simplemente insuperable.

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